
El añejo amor al fútbol.
Eran a finales de los años 50, un domingo de fútbol significaba para un futbolista del pueblo de San Juan Xochiaca pararse antes de las 5 o 6 de la mañana y hacer un recorrido de unos 5 km. porque tenía que ir a raspar y recoger la aguamiel de su tanda de magueyes que debe hacerse a diario, no hay descanso para este oficio, 2.5 km. de ida y 2.5 km. de vuelta ya cargado con unos 35 litros (35 kg) y caminar casi otro km. a repartirlos con los diferentes patrones productores de pulque del pueblo.
Luego se juntaba la palomilla (banda, grupo)antes de las 8 o las 9 de la mañana y a caminar hasta San José el Guarda, o a Totoltepec cuando se jugaba de visitante, que por veredas sinuosas son más de 15 km. Una vez ahí dependiendo la posición, por ejemplo si le tocaba de volante de contención tenía que correr unos 9 km. durante todo el partido, pues a veces no se completaba el equipo para hacer cambios.
Una vez terminado el partido a emprender los 15 km de regreso al pueblo, ya en el pueblo a agarrar sus enseres para ir por la aguamiel de la tarde y recorrer los 5 km de recolección más 1 km. de repartición, por lo que nuestro futbolista Xochiaquense de aquella época caminaba, trotaba o corría la maratónica distancia de unos 51 km en un domingo, de los cuales aproximadamente 12 km. eran cargando aguamiel.
Era el amor y pasión por el fútbol y la camiseta del pueblo, aunque sí, al final del día se iban a dormir agotados.
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